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Matemáticas detrás de trucos de magia

La magia es uno de esos fenómenos inexplicables para muchos, que nos han divertido prácticamente desde toda la vida. La mayoría tenemos al menos algún recuerdo de un señor con traje entreteniéndose al sacar un conejo de su sombrero, o haciendo aparecer inexplicablemente una rosa de la nada, o convirtiendo billetes de poco valor en unos de altísima denominación. 

Una de las cosas que se pueden decir al respecto de todo esto es que la magia ha conseguido la manera de “reinventarse” constantemente prácticamente desde sus primeras apariciones (como medio de entretenimiento). Esto se debe a que sencillamente ver los mismos trucos constantemente resulta aburrido y peligrosamente replicables, y a que es necesario ofrecer algo nuevo para llamar la atención de más y más personas. Surge aquí una pregunta muy sencilla: ¿Hay un papel que juegan las matemáticas en la magia? La respuesta es sí, pero depende de lo que se vaya a hacer. 

Hay ciencia en la magia

Sin entrar en las probabilidades de que un truco salga bien o mal, o de que el riesgo que se corra por fin termine desencadenando en algo lamentable (debido al uso de objetos punzantes y esas cosas) podemos decir que hay un gran “puente” entre los números y aquel maravilloso oficio.

Y es que parecemos olvidar un aspecto muy importante, pero no. Una de las herramientas más importantes de los magos, desde hace un montón de años hasta la actualidad, son las cartas. Así es, como ya has podido deducir los naipes están irremediablemente unidos a las matemáticas, a las probabilidades y las estadísticas.

No obstante, no todos los magos utilizan las operaciones y las variables para elaborar los efectos, de hecho es todo lo contrario. Lo que asombra al espectador muchas veces (de nuevo, dependiendo de qué se está haciendo) es lo improbable del truco en sí, lo imposible de que aquella carta que él escogió estuviera en este o aquel lugar.

Aquellos que viven de esto o simplemente se divierten practicándolo saben que el truco en sí no suele estar en la cantidad de cartas que haya en la baraja, ni siquiera el material del que estén hechos los naipes. Lo verdaderamente crucial y trascendental está en la rapidez de las manos y en la sensación que se causa en quien observa el truco.

No queremos decir con esto que los números están divorciados de todas las ejecuciones, para nada, sabemos que existen grandes “juegos” en los que el mago se vale de sus amigos estadísticos para poder dejar con la boca abierta a sus “víctimas”.

Mención especial

Cuando hablamos de magia, no solamente la podemos relacionar con las matemáticas, sino que hay varias ramas del conocimiento que también juegan un papel fundamental en la ejecución de los trucos. Tal es el caso de la física, que protagoniza muchos de los efectos (en su mayoría muy visuales y preparados, propios de los espectáculos grandes dirigidos a públicos numerosos) o la química, que está “reservada” para shows un poco más elaborados y en algunas ocasiones inseguras.