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Los juegos de casino: una parte de azar y otra de matemáticas

Hoy en día es común que las personas busquen diversión en línea. Los jugadores juegan sus juegos en línea favoritos, los amantes de los libros leen libros electrónicos y los fanáticos de los deportes pueden aprender como hacer un pronostico para los resultados de los partidos.

Pero el entretenimiento no se encuentra sólo en Internet. Los casinos son aquellos lugares en donde muchos adultos deciden divertirse con “juegos” en los que apuestan su dinero. Hoy en día, las personas también pueden encontrarlos en línea. Simplemente pueden buscar casinos en línea en Puerto Rico en Google y comenzar a divertirse en poco tiempo. Por suerte, en los últimos años han desaparecido muchos tabúes con respecto a ellos alrededor de todo el mundo; muchas personas pensaban antes que quienes asistían a estos sitios hacían cosas incorrectas y tenían una “mala vida”, pero con el avance del tiempo esas ideas han desaparecido y solamente ha quedado la verdad: estos sirven para que cualquiera (con edad suficiente) pueda ir a divertirse.

Otra de las grandes ventajas que ha traído el inclemente paso de los años es la inclusión de la tecnología en los casinos. En la actualidad hay infinidad de alternativas para poder divertirse desde casa: páginas webs de juegos, paginas de apuestas deportivas, apps para un montón de dispositivos, etc.

Pero aquellos que han disfrutado de este fenómeno se han dado cuenta que los números en sí forman parte fundamental del desarrollo de casi todas estas actividades. Desde las posibilidades de que un jugador meta un gol, que un equipo gane por una determinada diferencia, que un dado caiga en número impar, que te toque una buena mano en una partida de póker, pasando por prácticamente la totalidad de posibles situaciones.

Estadísticas

Básicamente hay que partir de este punto, aquella hermosa rama de las matemáticas que estudia las probabilidades es la estadística y es la responsable de la “ciencia” detrás de los juegos. De hecho el azar en sí no es propio solamente de los casinos sino de la vida diaria y esto muchas veces es lo que se estudia en este campo; lo bueno es que estos lugares están prácticamente hechos para que este fenómeno se dé en prácticamente cualquier rincón.

El gran problema está en que muchas personas desprestigian a los establecimientos por el simple hecho de colocar todo prácticamente a su favor (cosa que es una verdad a medias). Verás, por ejemplo, cuando una ruleta comienza a girar y dentro de ella la pelota sortea todos los números existe una posibilidad casi ínfima de que puedas acertar el número exacto (uno sobre la cantidad de números que haya), aunque cuando se trata de otras variables la suerte puede ser diferente. Lo cierto es que en la mayoría de los casos es estadísticamente más factible que el casino sea quien gane o que sencillamente tú no puedas ganar más veces de las que pierdas, cosa que tiene sentido porque los locales se mantienen en pie así y porque no puede ganar todo el mundo.

Lo mismo ocurre en prácticamente todo, aun cuando hay varios jugadores que también quieren hacerse con el dinero al mismo tiempo, como es el caso del póker por ejemplo o de muchas de las cosas que pueden hacerse con cartas

Factores externos

No obstante, muchas veces hay un montón de situaciones que influyen en el resultado final, como lo pueden ser el estado físico de la mesa, la ruleta o cualquier herramienta que se vaya a utilizar; las manos de quien manipule los objetos y todo lo que no se relacione con el hecho en sí. Esto hace que las probabilidades no sean tan equitativas en sí pero le añade cierta “emoción” al juego.

Esto se ve aún más cuando se trata de apuestas deportivas porque no se trata sencillamente de azar, sino de la habilidad de dos grupos o dos personas, que tratan de sobreponerse a sus rivales con esfuerzo físico, por lo que la suerte no lo es todo.